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Global Inside Synopsis es una marca registrada de newsletter con contenidos de información, análisis y opinión política y económica de Argentina y el mundo. Se brinda en este espacio un panorama que se considera altamente calificado para la toma de decisiones.

miércoles, julio 12, 2006

EDITORIAL : “LOS RASGOS HUMANOS DEL FARSANTE
(Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse). (11/7/06)

Ha creado un perfecto escenario montado en la farsa y en la pseudología.


Trátase de una farsa expansiva y sedimentaria en la que acaso mucho más de la mitad de quienes son “compradores” de su prédica farsante, saben perfectamente que deben actuar fingiendo aceptar y creer mansamente toda la farsa para poder mantenerse a salvo dentro de su propio sistema de conveniencias.

Es pues una farsa “comprada”, en infinitos actos de simulación, por una multitud de farsantes.

Farsantes que “compran”, con absoluta conciencia, lo que les “vende” otro farsante.

Un farsante que no necesita siquiera ser nombrado.

Se prefigura de inmediato con su breve descripción:

Es un farsante casi elemental, que despliega en el escenario los 10 (diez) sentimientos y emociones básicas de mejor agrado social que le permiten aparecer en escena con la mayor cantidad posible de rasgos humanos conmovedores:


1) El heroísmo, cuando expresa que “a los militares no les tiene miedo”, lo cual más allá de revelar una asignatura pendiente con su propio psicólogo, irradia su personal concepción del modo en que se debe escoger el ropaje de “líder valiente y arrojado”.

2) La compasión y la piedad, cuando dice y reitera con aire de perdonavidas, que “ los periodistas, le dan pena”.

Brilla aquí el temple de alguien que, por mucho menos de lo que le imputa a otros, es capaz de disimular la pena por sí mismo.

3) La vocación docente ejercida con afecto, cuando les pide a todos los hombres de prensa “que se instruyan… que estudien” y agrega con un gesto de sorna inaudito : … “se los digo con cariño”.

4) La humildad, cuando repite cada vez que puede “les pido que me ayuden para poder hacer la transformación de la patria”.

Destácase aquí, como virtud, el reconocimiento implícito de su inutilidad personal, como que no es fácil para nadie aceptar la propia ineptitud y pedir ayuda para hacer lo que ignora por completo.

5) El pacifismo y la tolerancia, cuando desde su palio de “dictador de leyes” impulsa menores penas para los delitos y una enorme magnanimidad con quienes estén planeando violar la ley.

Nótase en este asunto su cultura decimonónica que le permitió asimilar como un axioma la virtud de algunos monarcas:

“Es mucho más poderoso quien absuelve que quien condena”.

6) La unión nacional y la vocación conciliadora, cuando convoca a que todo el mundo se encolumne sin chistar tras sus designios y estigmatiza a aquellos sectores que disienten, advirtiéndoles : … “yo ya sé quienes son”, prometiéndoles enseguida despeñarlos desde las colinas del monte “Taygeto”, por réprobos y por malsanos.

7) La eficiencia y la eficacia, cuando en una decisión propia de los más célebres “resolutos” de la historia, esquiva con maestría toda la burocracia contenida en el “mamotreto” constitucional y dicta él mismo la ley de distribución del dinero por la augusta “necesidad” y la clara “urgencia” que la República reclama.

8) La serenidad y la calma, cuando insiste, como un verdadero estadista que deslumbra al mundo, en la rutina política que lo hace todo previsible y que puede fulminar así la incertidumbre.

Tributario fanático de la rutina como síntesis de todos los renunciamientos, induce a la ciudadanía a que renuncie a pensar. Y en eso, toma la proa del ejemplo personal, siendo él mismo, el “primer renunciador del pensamiento”.


9) La vocación transformadora, cuando convierte a la democracia en una ficción y luego de haber tomado el poder en un gambito de minorías, compra con dinero los saldos en oferta que le faltan, presentándola luego como un sistema que es víctima de confabulaciones profesionales que pretenden aprovecharse de las masas ignorantes que no tienen aptitud para gobernarse.

Generoso en extremo, viene a sufragar esa falencia con su sacrificio personal.


10) El amor entrañable por todos los argentinos, cuando demuestra palmariamente que es incapaz de sentir odios o rencores por alguno de ellos, siendo un estoico, tal como lo ha sido toda su dignísima vida, en un tránsito de abnegación, sacrificio y conducta cristalina.

Tal pureza de alma, apegada a la virtud y alejada del vicio, se trasunta en una familia exenta de soberbia y en una pasión por exhibir la imagen de una esposa adornada con la modestia y el recato de una dama que es el arquetipo de la prudencia y la caridad.

La vieja fórmula de los emperadores mas corruptos del Imperio Romano sigue teniendo vigor, merced a la democracia imperante. Basta solamente un poco de pan y mucho circo, mucho espectáculo, cuanto más degradante mejor, para contentar a la plebe y que no se amotine. Los esclavos no tienen derechos y los políticos viven con un lujo insultante.

miércoles, julio 05, 2006

EDITORIAL : “LA SUBASTA EL TRONO DE PERTINAX”.
(Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse). (4/7/2006)

Conocer detalles de la actual “distribución de la caja”, horroriza a cualquiera.
Hacen la ley y hacen la trampa.
Pero dicho más propiamente, ni siquiera hacen la ley.
Con un decreto de necesidad y urgencia les basta y les sobra.

Prorrogan “manu militari” todas las emergencias para que sobreviva la discrecionalidad total en una especie de perfecta prostitución institucional.
Una discrecionalidad que disparan a mansalva para que la famosa “distribución del ingreso” perfeccione, mágicamente, una parábola cuyo epílogo ha de ser luego el “reingreso” de los fondos por otra vía.

Las bancas que puedan faltar para cualquier iniciativa temeraria se subastan “sobre tablas” y allí mismo, en el acto, aparecen varios “postores” para fabricar el completamiento transitorio de una legalidad ortopédica sorprendentemente fácil y rápida.

Las bancas subastadas, luego se esfuman.

Por estas horas que corren, se cumple la gran parodia del tratamiento “en comisión” para darle otro tramo de superpoderes al “emperador”.

Y el miércoles 12 de julio se ha de completar esa parodia con su aprobación definitiva, en sintonía fina con las disposiciones telefónicas “a distancia” del soberano, ocupado hoy en otras comarcas “modelos de democracia” en las que, según se cree, desarrolla un cursillo de perfeccionamiento para totalitarios junior.

Sueñan todos ellos con que el ocaso jamás les ha de llegar, por cuanto creen haber inventado una maquinaria casi perfecta de “poder centrípeto” que ha de tragarse cualquier sujeto que pueda rozar su tangente (la geométrica y la itálica).


En privado, los más prudentes y los temerosos, les hacen señas desesperadas avisándoles con susto que la historia y la estadística son siempre implacables :
“Algún día, el régimen caerá”.


No se equivocan :

Tal como ocurre siempre con todas las dinastías y con todos los gobiernos totalitarios, sin excepción alguna, un buen día … caen.

Y tras de sí dejan su huella, su pequeña historia de desvíos y contrastes patéticos con el augusto deber público que les fue conferido.

El ocaso les llega con distinta velocidad, siendo muchas veces estrepitoso y súbito. Apareciendo en forma absolutamente inesperada, acaso por la menor falla en el engarzamiento de uno sólo de los eslabones de su larga cadena de simulaciones y sofismas.

Tres de los cuatro anteriores gobiernos terminaron “contra natura”.

El mando suele cambiar por factores impensados.

Empero para que ocurra tal cosa debe, en esa instancia, aparecer alguien que muestre su deseo de hacerse cargo del “escenario” ó de sus despojos tal como hayan sido arrastrados hasta esa fecha.


Y un escenario de formal calamidad no necesariamente debe ser algo vinculado al terreno económico, por cuanto acaso sólo baste con una catástrofe política en la que haya germinado con fuerza la división social.

La división social, suele alcanzar estadios de tal divorcio interno en la convivencia ciudadana que, el Estado, por inexistente o por corrompido, deriva en coyunturas de precolapso moral irremediable.

De allí al enfrentamiento civil hay un solo paso.

La fractura popular es un escenario casi siempre provocado, inducido y fertilizado por el Gobierno como responsable primario, bien sea por su ineptitud en los controles o bien sea por la instigación abierta para que se desarrolle ante su vista.

En tal estado de cosas y con el agravante de la división social, algún día puede ocurrir acaso que nadie se interese por asumir la responsabilidad de un desquicio de esa naturaleza.
Incluso la reluctancia por la toma de poder tiene raíces naturales en el peligro que implica objetivamente la evolución caprichosa del descontrol, sobre todo si este adquiere ribetes violentos.

Publio Helvio Pertinax asumió en Roma luego del terrible asesinato de “Cómodo” . Gobernó apenas tres meses, de enero a marzo del 193 d.c.

El viejo Pertinax quedó rodeado de la prostitución institucional de Cómodo y supo enseguida que llegaría su fin. Y así fue :

La guardia pretoriana que asesinó a Pertinax, viendo luego que nadie iba a tomar el mando del Imperio en esas condiciones de desastre, proclamó que el trono imperial había sido puesto en subasta.

Didio Severo Juliano, como senador corrupto de primera línea ofreció 25000 sestercios a cada soldado y ,como mejor postor, se quedó con el trono de Roma.
Una de las páginas más ignominiosas de la historia de Roma, se había escrito ese día.

Didio Juliano duró sólo tres semanas y media porque el enfrentamiento civil se enfervorizó tanto ante lo abyecto de tal ascenso, que fue asesinado aún más cruelmente que el anciano Pertinax.

Entonces lo buscaron a “Pescenio Níger” y este no pudo ó no quiso hacerse cargo hasta dos semanas luego, pero terminó aceptando. Corrió igual suerte :

Septimio Severo lo hizo matar y luego de asumir el trono de Roma se dedicó a perfeccionar el desquicio.

Lo siguieron tres grandes comensales del vicio y de la deshonra :

Caracalla, Macrino y Heliogábalo, ejemplos perfectos de la inercia del sedimento de carcoma inexorable que queda en el desplome terminal de las instituciones luego de someterlas y mutilarlas hasta en subasta.