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miércoles, diciembre 21, 2005


EDITORIAL: “VITELIO, EMPERADOR DE ROMA”.
(Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse).



Aulo Vitelio fue emperador romano después de Otón y antes de Vespasiano.

La pupila de su ojo derecho lucía bastante deformada y algo salida de su órbita.Duró menos de un año en el trono de Roma y , sin embargo, se lo considera como el peor, el más cruel, déspota y vicioso de todos los emperadores romanos de la historia.


Realmente un perverso consumado y un mal nacido hecho y derecho.


Había nacido en el 14 d.c. y cuando tenía 55 años era emperador (año 69 d.c.). Fue muerto ese mismo año por el pueblo que lo linchó y lo colgó de una columna boca abajo.


Sin embargo, Vitelio tuvo una faceta que, no por sangrienta, era menos destacada :


Fue el mayor recaudador de impuestos de toda la historia de Roma.Dejó las arcas con tanto superávit ("fiscal") que Vespasiano (su sucesor), además de sus brillantes condiciones personales (reconocidas por la historia) tuvo por ello mucha ayuda al iniciar su obra.

Pero veamos lo que hacía Vitelio para hacerles tributar impuestos a todos los ciudadanos y poder así gastar en sus formidables vicios pero lograr, que aún de ese modo, sobrara el dinero a raudales :

Todos sin excepción, debían tributar incluyendo niños y ancianos. Pese a que 5 de cada diez niños no llegaban a cumplir los 4 años de vida, un recién nacido debía tributar. Sus padres eran los responsables de tal obligación y si la madre era soltera debía buscar sustento en la prostitución para hacerlo.


No había necesidad de facturación, ni de blanqueo de empleados, ni de cualquier otro tipo de registración.
Sólo por ser ciudadano romano, sólo por existir, se debía tributar (la otra opción era huir) una suma que era igual para los ricos y los pobres, con la única diferencia de las tres categorías de edad (en Roma se era niño, se era joven ó se era anciano).


Los ancianos, aún los inválidos y sin trabajo debían tributar también, para lo cual se apuraban a pedir limosna día y noche.


Al que no pagaba impuestos Vitelio lo encarcelaba y lo hacía torturar durante una semana entera, en forma horrenda.
Mercancías que salían ó entraban a Roma eran confiscadas en una tercera parte para ser destinadas al pago del tributo.


El superávit fiscal "a cualquier precio" era pues, para Aulo Vitelio igual que la opinión pública impulsada con soborno y amenazas como forzosamente laudatoria y a su favor.
Así creció la economía artificialmente en un lapso tan breve que parecía increíble la magnitud de la recaudación hallada al fin de la "gestión" a través de la liturgia de la exacción impositiva totalitaria y compulsiva.

Tomemos entonces ese ejemplo fotográfico de la historia.

La fórmula del cóctel parece clara :

Poderes plenos, totalitarismo déspota, compulsión, aprietes, prensa hipotecada ó sojuzgada, régimen impositivo salvaje, suma del poder público, tener 55 años de edad y un ojo siniestro, son suficientes para tener una economía en crecimiento, aunque sea navegando en un mar de artificialidad y aunque todo termine con el tirano colgado de un farol de la calle, apedreado por un pueblo completamente harto.


Pero por estas comarcas, no hay cuidado de que ese cóctel histórico se repita ó se produzca, por cuanto :


1) No hay un totalitario en el poder.

2) No tiene poderes plenos, ni los implementa para ninguno de sus ministros.

3) Si los tuvo, seguramente no querrá prorrogarlos
nunca más.

4) No se encuentra vigente ningún régimen impositivo
salvaje.

5) No existen los aprietes a nadie por ninguna causa.

6) No existe demagogia ni deseos de perpetuación.

7) La opinión pública no está hipotecada ni sojuzgada desde el poder.

8) Nadie pretende la suma del poder público.

9) No hay un emperador que tenga exactamente 55
años de edad y un ojo oblicuo y siniestro.

10) A nadie se le cruzaría por la cabeza querer colgarlo
de un farol y mucho menos boca abajo.

La comarca puede pues, estar tranquila y por lo que se puede ver, ningún peligro se halla en ciernes.


Además, si tuviésemos la mala suerte de tropezar con un escenario semejante, entonces seguro que después habría de llegar un "Vespasiano" y le habría de regalar a esta comarca latinoamericana, sus años de oro y su esperada época de gloria.